BLACKBERRY SMOKE
“Holding All the Roses”
(Rounder, 2.015)
Sonrío maliciosamente al comprobar que no me equivoqué al apostar por ellos en el ya lejano año 2.004 con aquél debut titulado “Bad Luck Ain't No Crime” (Cock of the Walk,2004). Algo místico tiene que tener el vino cuando se bendice todos los días ya que si un productor con el tremendo curriculum de Brendan O'Brien les ha dado el placet no puede ser malo el artefacto ni los muchachos. ¿De dónde son? pues de Atlanta… ¿de dónde si no iban a venir estos muchachotes que parecen haberse transportado de la época dorada del Southern Rock de mediados de los setenta?. Por la música y sus pintas resulta imposible que la mente no nos lleve a Los Allman Brothers, a Lynyd Skynyrd o a los mismísimos Doobie Brothers. Aquí no hay trampa ni cartón; Esto es Southern Rock amable que se digiere perfectamente sin largas jams sessions que puedan asustar algún curioso neófito despistado que quiera acercarse al género. Este quinteto está formado por Charlie Starr (guitarra & voz), Paul Jackson (guitarra & voz), Richard Turner (bajo & voz), Brandon Still (teclados), y Brit Turner (batería). Y con menos de diez años de carrera ya están acostumbrados a tocar un promedio de aproximadamente 250 presentaciones al año y su discografia incluye dos EPs, un DVD en vivo “Live at the Georgia Theatre” (el cual recomiendo encarecidamente para demostraros lo que escribo), y tres álbumes más. Les sucede algo parecido a lo de los Natural Child; son bandas que sin hacerse millonarios –todavía-, deben vivir muy bien de su trabajo que, como digo, es realmente bueno. El inicio del disco es tan poderoso como un muscle car; se inicia con un claro homenaje a los Black Crowes –paisanos ilustres- "Let Me Help You (Find the Door)" que se repetirá más adelante con “Wish in One Hand”. A partir de ahí el disco ya no para es una fiesta continua repleta de himnos para pasarlo teta en un concierto; “Living in the Song” nos transporta directamente a los estudios Capricorn en 1976, el single “Rock and Roll Again” que nos conecta con el Fogerty y los Status Quo más fiesteros y “Payback's a Bitch” requeriría un masaje de cuello tras escucharla en un concierto y “Fire in the Hole” más de una experiencia mística. La verdad es que el disco es un desparrame de estlilo; aquí no falta de nada; guitarras afiladas, bajo con protagonismo, piano eléctrico y Hammond B3 presto a acudir cuando se le necesite (ojo a la divertida “Lay it All on Me”)e incluso alguna sección de cuerdas y vientos caprichosa que no molesta en absoluto. También hay momentos para el recogimiento solemne como esos medios tiempos titulados “Woman in The Moon” y “Too High” incrustados en la mitad del disco y que si fueran algo con posibilidades de materialización física serían dos catedrales góticas por aquello de la solemnidad y el buen hacer. ¿Calificación? 9/10
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