DWIGHT YOAKAM
"Second Hand Heart"
(Warner, 2015)
Adoro casi todos los discos de este rebelde aunque, si tengo que elegir época, me quedo con el periodo que va desde su debut en 1986 hasta el genial “This Time” de 1993. Aquella fue una época en la que se peleó contra el Nashville más casposo por su interés grabar reivindicando las esencias de la música country con el resultado de su exilio a California. Ese Dwight es el que sobresale en una discografía, de por sí, sobresaliente. En 2.012 con “3 Pears” (Warner) decidió volver a esa época con unos resultados deslumbrantes; fue un disco en el que no había un solo tema mediocre y, ahora en 2.015, lo ha vuelto a hacer. Este “Second Hand Heart” (Warner, 2015) es otro flashback a los orígenes más puros; aquí –ya desde la portada- podemos sentir a Ernest Tubb, George Jones o su idolatrado Buck Owens remozado con aquella actitud punk ligeramente dulcificada pero presente en gotitas. La esencia del sonido Bakersfield se evidencia en temas como “Off Your Mind" y “The Big Time” que son marca de la casa –como no podría ser de otra forma- pero realmente es un homenaje a sus comienzos y a lo que (se) escuchaba entonces. Sorprende el inicio del disco con un tema como “In Another World” que se encuentra a medio camino entre la carretera y las tablas de surf, la rolinga-beatliana “She” o el homenaje vaquero a The Byrds y la guitarra Rickenbaker en general en “Belive”. El caso es que ocho de los diez temas son composiciones del propio Yoakam aunque destaca también –aquí no hay tema malo, insisto- la tradicional “Man of Constat Sorrow”; auténtico ejercicio de estilo Honky Tonk mediante el que podemos ver la razón por la cual se electrificó el country en esos baretos de mal vivir y beber, llamados Honky Tonk, para que la música sonase por encima de las broncas, al igual que sucede con “Liar”. A falta de Pete Anderson a las seis cuerdas destaca la presencia de dos excelentes pulsadores de mástiles y rasgadores de cuerdas como son Brian Whelan y Jonathan Clark –que repiten- y Eugene Edwards, que aparca su carrera en solitario para apuntarse a esta fiesta. La producción corre a cargo del propio Dwight y de Chris Lord-Alge. ¿Calificación? 9/10.
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