DIAL

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viernes, 4 de noviembre de 2016

Bebiendo de fuentes y cataratas


Teenage Fanclub

"Here"
(Merge, 2.016)



Me han ocurrido cosas cómicas en la vida, pero como la de aquél festival de “guais” pocas; en aquel "Rocío de los modernos", vaya. Estaban dos chicas con todo el kit de primas de Marisol a mi lado viendo a Teenage Fanclub en el escenario sin, por supuesto, prestarles la atención que su actitud postureaba (eran momentos en los que el indie pop mandaba). El que suscribe se había fabricado para la ocasión una camiseta con la portada del “Live at Fillmore 1969” de los Byrds y estaba flipando en colores con la montaña de azúcar que destilaba y supuraba aquel escenario. Pero las dos primas de Marisol me miraban como se mira a un marciano. Les molestaba mi camiseta, mi aspecto y se echaban poco menos que cruces, porque los Byrds de mi alma y de mi corazón eran, a sus ojos, un insulto a lo más cool de aquél festival indie. Supongo que lo mismo hubiera sucedido de haber llevado una de Big Star… Bueno, pues eso es lo que teníamos y tenemos aún. Ningún comentario más al respecto… El postureo ha sido tónica general en esto... por supuesto, que Dios las tenga en su Gloria si han entregado la cuchara y si no… espero que les vaya muy bien en lo suyo.
Vale, pues el caso es que los “tineich” han publicado disco después de seis años de silencio y veinticinco de carrera como grupo. El resultado es una auténtica maravilla como casi todos los de su discografía; se titula “Here” y no ofrece nada nuevo en su modo de hacer las cosas, ni falta que hace por otra parte, porque si una cosa funciona y funciona bien ¿para qué demonios cambiarla?  Estos escoceses saben muy bien lo que se hacen y a quién rinden tributo desde su más tierna infancia como podrán comprobar quienes se acerquen a ellos por primera vez. Y digo “por primera vez” porque desearía no conocerlos de nada y encontrarme con este disco de sopetón -qué envidia- ¿Qué ofrecen? Pues la ficción de imaginarnos a unos Byrds, Buffalo Springfield o Love que no hubieran flirteado con la música country, que se hubieran quedado en los primeros escarceos del género pero abrazando el lado eléctrico del folk y la psicodelia. Vaya, como si los de McGuinn se hubieran quedado en el “The Notorious Byrd Brothers” sin profundizar mucho más en lo que ellos y algunos colegas inventaron. El caso es que el disco lo tiene absolutamente todo; un metraje impresionantemente preciso y precioso para el tipo de música que manejan y todas las florituras necesarias, que son las justas, para enamorarse del mismo y volver a repasar las fuentes de las que beben.  El disco ha sido producido por los cuatro mozos que componen el combo; Norman Blake, Raymond McGinley, Francis Macdonald y Dave McGowan que también se reparten los temas a nivel compositivo. Todo ello con un denominador común como es el de acercar, por enésima vez, California a la lluviosa Glasgow. Una joya de verdad, de la que es imposible extraer ningún tema que destaque sobre los demás porque todos son realmente excepcionales. Solo un pero; “It’s a Sign”, pero por lo demás; un 9,5 porque aquí sabemos que el 10 está totalmente reservado.


"I'm in Love"


"Live in the Moment"


"I Have Nothing More to Say"



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